Luis Mari Bizkarra o atreverse a reinventarse
El próximo 20 de octubre Luis Mari Bizkarra recibirá el Premio a la Trayectoria Profesional del Comercio Vasco en reconocimiento a su labor. Es una trayectoria que recogimos en un libro con motivo del 50 aniversario de la marca y de su jubilación y que queremos compartir con vosotros para que sepáis de qué hablamos cuando decimos que nos ha marcado el pasado y también el futuro.
La suya es una historia de emprendizaje, trabajo duro y sobre todo de atreverse a reinventarse en los momentos más difíciles. En especial en dos momentos cruciales de la empresa.
Para Luis Mari el negocio comienza a los 15 años, cuando acaba sus estudios y comienza a “calentarle la cabeza” a su padre para que se decidiera a abrir una panadería. No pararía hasta su apertura en el barrio de la estación de Usansolo.
El negocio marcha pero no despegará hasta que en 1965 Luis Mari tomas las riendas con 25 años. Para ello tendría que hacer muestra de su carácter frente al socio de su padre, una persona influyente y dueña de una importante empresa harinera. Negoció, no cedió y consiguió su objetivo, pero la situación no quedó nada fácil. El auténtico reto empezaba: desarrollar un negocio del que dependía el sustento de ocho personas de la familia.
Aborda la primera modernización abriendo el primer despacho de pan (hasta entonces solo había reparto a domicilio desde el obrador), las primeras inversiones… pero en 1967 todos sufren un duro revés con la muerte del padre. Justo en esos días el horno de la panadería se hunde y tienen que parar la actividad. Es el único momento en el que a Luis Mari se le pasa por la cabeza abandonar. La ayuda de un buen amigo le permite seguir la elaboración y Luis Mari, ayudado por la familia, empleará todo su esfuerzo y decisión para seguir adelante. Son tiempos de jornadas interminables a costa de casi no dormir pero darían sus frutos. Comprará un nuevo horno, llevaría sus productos a más despachos y en la década de los 70 la antigua panadería se quedaba ya pequeña con sus 100m2.
Sigue el crecimiento, ya en nuevo obrador pero en la década de los 80 viene un nuevo cambio de escenario. La liberalización del pan, la apertura en domingo, las nuevas “boutiques” de pan… a finales de los 80 el modelo de panadería tradicional está puesto en cuestión. Es el momento de volver a renovarse y Luis Mari, al filo de los 50 años, lo sabe. Sale a Europa a ver qué “se cuece” y vuelve con una idea interesante que decide poner en práctica. A finales de esa década abre en Usansolo un establecimiento con un pequeño horno donde se cuece el pan al momento. Es uno de los primeros puntos de venta de pan caliente en toda la península, que hoy conocemos tan bien. La acogida es excepcional y Luis Mari reorienta todos los puntos de venta en esa dirección y por esa contribución recibiría el reconocimiento de toda la profesión. Para Bizkarra supondría iniciar los 90 con un proyecto muy ambicioso y el mismo espíritu que nos ha guiado hasta aquí: seguir reinventándonos para llegar a lo que queremos ser en el futuro. Y así lo seguimos haciendo.